Buscando respuestas entre los símbolos del diario, Klein se adentra más allá de los límites de lo comprensible. Movido por la curiosidad —y por una extraña fuerza que parece guiar su mano— realiza sin saberlo un antiguo ritual de invocación. No hay círculos mágicos visibles, ni palabras arcanas pronunciadas… solo pensamientos alineados con antiguos principios y una intención inconsciente.
El resultado es inmediato: el aire se densifica, la vela parpadea con violencia, y el entorno parece congelarse en un segundo eterno. Frente a él, sobre la mesa, aparece una carta del tarot que no estaba antes: El Loco.
Esa noche, Klein es transportado mentalmente a un lugar imposible: una mesa flotante en medio del cosmos, rodeado por una niebla sin fin. Allí, fragmentos de realidad giran como piezas de un rompecabezas roto, y una voz sin cuerpo le habla de un trono, de una secuencia, y de un camino lleno de conocimiento… y locura.
Con la aparición del misterioso “Mundo de la Niebla Gris”, Klein da el primer paso consciente hacia su destino como Beyonder, aunque aún no sabe si eso significará su ascenso… o su ruina.